lunes, 21 de julio de 2014

Festival

Todas las grandes casas de Akitsu-Shima se dirigen hacia la capital, en el territorio del Kirin, para asistir al acontecimiento más importante de esta generación: La boda real entre el príncipe heredero al trono imperial, Hoori, de la casa del Kirin y la única heredera de la casa de la grulla, la Princesa Han'ei Tori.

Las grandes casas desfilan por las principales calles de la capital exhibiendo toda su riqueza y esplendor. Guerreros, músicos, acróbatas, nobles y bailarines, vestidos con sus mejores galas celebran el feliz y ventajoso enlace a lo largo y ancho de las calles de la capital.

El clan de la Tortuga abre su procesión con una enorme marioneta que representa a una serpiente marina con las escamas de los colores del mar y las crines blancas como la espuma, seguida de toda una corte de acróbatas vestidos como si fueran los habitantes del palacio del mar.
Las casas del Tigre y el Mono exhiben el poder y la disciplina de sus monasterios hermanos , llevando en formación a quinientos monjes guerreros vestidos con sus mejores galas y con la piel tatuada hasta el último recoveco.
En la vanguardia de la casa del fénix encontramos a un sinfín de bailarinas vestidas de rojo y dorado, con capas carmesí emplumadas, tan livianas que se mecían en la brisa como si fueran las alas de la legendaria ave de fuego que protegía a su casa.
La casa del caballo era la única que no había traído a sus músicos y artistas. En perfecta formación militar resuenan al unísono cuatrocientos pares de cascos de hierro forjado, relucientes armaduras pesadas protegen a jinetes y monturas. Cada uno porta un estandarte con el emblema del clan ondeando al viento y en el centro de la formación, sobre un pedestal móvil tirado por seis caballos sobresale un gigantesco tambor que marcaba el paso tocado por dos samurais.
El clan del escorpión marcha silencioso. Sus magos y chamanes, famosos por ser los más poderosos y temibles de Akitsu-Shima, portan incensarios que envuelven a la comitiva en una bruma de color violáceo, dándoles un aire místico y extraño.
La casa del loto también portaba incensarios, solo que éstos desprenden un olor dulce a flor de cerezo, rocío en la hierba y brisa de verano. Al frente de los porta incensarios marchan las diez maestras de la ceremonia del té, vestidas con los kimonos más finos de todo el país. Seda bordada y teñida, piedras preciosas y abanicos de oro y nácar adornan las vestimentas de estas diez hermosas y legendarias maestras, que llevan consigo lámparas de mariposas lunares, dejado una estela de insectos luminosos tras de si.
Cerrando la marcha, la casa del dragón ha construido un autómata mecánico colosal en forma de cabeza de dragón. Por la boca escupía llamaradas y fuegos artificiales y por los ojos se le escapaban volutas de humo blanco. Alrededor del gigantesco ingenio mecánico marchan los mejores ingenieros del clan, vestidos por los extraños trajes de protección típicos de los especialistas de esta región.

La procesión de las distintas casas se abre paso lentamente a través de la ciudad imperial por la calle principal, que lleva hasta la entrada del palacio, donde se abren lentamente las puertas del recinto, esperando para albergar a lo mas selecto de cada uno de los clanes que conforman el país de Akitsu-Shima.


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