En Akitsu-Shima conviven en delicada armonía diez ramas de un mismo árbol. Las diez ramas dividieron el territorio de Akitsu-Shima en diez partes iguales, pero después de unos años comenzaron las disputas derivadas de la repartición de las tierras y el territorio entero se vio envuelto en una larga y cruenta guerra.
Los dioses lloraban desde el cielo a causa del cataclismo provocado por los hijos que ellos mismos habían creado, asi que Amaterasu, diosa de dioses y del sol se dirigió a su nieto, un joven de corazón puro y líder de una de las ramas y le entregó tres reliquias con las que debería llevar la paz al mundo y acabar con la guerra y el caos que reinaban en Akitsu-Shima. Amaterasu le entregó una espada legendaria llamada Kusanagi, Un espejo: Yata no Kagami y una joya: Yasakani no magatama. La guerra acabó, los territorios y las fronteras quedaron reorganizadas y la paz volvió a reinar entre las diez ramas.
El joven nieto de Amaterasu, llamado Hoori (sombra de fuego), se erigió como emperador, por orden divina, para garantizar que la paz y la armonía continuaban reinando en Akitsu-Shima y la rama a la que pertenecía, la rama del Kirin se convirtió en la casa imperial. Asimismo, Hoori decidió compartir las bendiciones que Amaterasu le había otorgado con las dos ramas que le habían ayudado a pacificar la isla. Así que entregó el espejo a la rama de la Grulla, la joya a la rama del escorpión y se quedó con a espada Kusanagi para sí. Estas tres reliquias han atraído la suerte y las bendiciones a las tres ramas pues se han convertido en las más poderosas y próseras de Akitsu-Shima.
Las tres reliquias representan además el valor, la sabiduría y la benevolencia y son los tesoros más preciados y antiguos de la isla de Akitsu-Shima.
Esta pequeña leyenda es una reelaboración de la leyenda de las tres reliquias imperiales de Japón, hecha para servir de introducción a una campaña de rol de aventuras orentales de Dungeons & Dragons. No debe tomarse por la leyenda verdadera.
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